Después de un tiempo trabajando como abogada y dedicándome al mundo del Derecho, comencé mis estudios de Osteopatía hace ya hace más de 15 años. En paralelo a la Osteopatía inicié mi camino en los mundos energéticos y sutiles sumergiéndome en diversas formaciones tales como el Reiki, la Visión Aural, Registros Akáshicos, Sintergética… ya que nunca he concebido el abordaje del cuerpo como algo solamente físico. La realidad sutil es algo evidente para mí desde pequeña, al menos parte de esa realidad ya que con el tiempo me he dado cuenta que es infinita e inabarcable, de ahí su gran belleza.

A lo largo de mi recorrido por lo sutil y espiritual, sentía una sed interior de búsqueda que nunca se veía saciada. Fue con mis primeros contactos con la energía de Jeshua, cuando tuve la sensación de haber llegado a Casa, de encontrar lo que mi Alma anhelaba y estaba buscando. A partir de ahí empezó mi trabajo de abrir el corazón y conectar con lo Sagrado que hay en todo y en todos. Descubrí entonces los libros de Daniel Meurois. El primero que cayó en mis manos fue “El no deseado” y ahí cobró sentido lo que había estado percibiendo desde la terapia cráneo-sacral al tratar a bebés, embarazadas y mamás que habían pasado por una pérdida o aborto. Cuando mi Alma estuvo preparada, sentí el llamado de las Terapias Esenias y Egipcias, fue muy fuerte. Desde el inicio de la formación todo fluyó, todo resultaba familiar. Se trataba de recordar algo que ya habitaba en mí y que fue brotando encuentro tras encuentro.

Los 4 años de formación con Esther y Joaquim han sido una experiencia inolvidable. Siento una gran gratitud por su generosidad, su compromiso, su devoción a este trabajo y por su forma tan bella y cuidadosa de transmitirlo. Ellos han hecho posible el reencuentro con mi Familia de Alma, con seres que ya conocía de hace mucho tiempo atrás.

Espero poder honrarles ofreciendo, desde lo más profundo de mi corazón, los Cuidados Esenios y Egipcios a quienes deseen hacer un trabajo de Alma, conectar con la belleza de lo Sagrado y a atreverse a ser tocado por la amorosa Onda de Sanación que es capaz de atravesar Cuerpo, Alma y Espíritu.