Mi primer acercamiento al tema fue a través del libro “Crónicas de un acompañamiento”, que me permitió conocer a Daniel Meurois, un hombre que cuenta en sus libros con testimonios reales sobre la conciencia humana y la concepción holográfica del universo. Por razones de trabajo, aquel libro fue para mí una auténtica guía en el proceso de acompañamiento a personas que se encontraban en el proceso de tránsito hacia la muerte.
Ya metida de lleno en el trabajo mencionado, “Así curaban ellos” fue el segundo libro de Daniel que despertó en mí el deseo de formarme como terapeuta.
Aunque suene a tópico, realmente durante los tres años de formación sentí que hubo un antes y un después en mí. Así sucedió, la formación me cambió totalmente.
Cada encuentro de formación suponía un despertar de conciencia. Iba descubriendo la fuerza y el anhelo de mi alma por reconocer al ser que habita en mí; a ese ser que antes construía corazas con sus debilidades, fortaleza e ideas preconcebidas, pero que pasó luego a sentirse libre y a realizar aquello que intuía y estaba escrito en su corazón: trabajar con terapias esenias y egipcias.
Ahora puedo decir que el compromiso que mi ser anhelaba se ha cumplido. Terminar la formación ha sido un regalo que la vida me ha dado y ha supuesto un esfuerzo por mi parte para continuar ante las adversidades que me encontré a lo largo del camino.
Terminar mi formación ha supuesto una conversión en mí, una gran satisfacción personal y la libertad para realizar lo que deseaba íntimamente: trabajar con terapias que suponen una forma muy antigua de curación. Ayudarme a mí misma y a las personas a las que cuido.