Lo que Ellos me Dijeron

Lo que Ellos me Dijeron

Durante más de diez años, en el corazón del Perigord, en un pequeño pueblo del sud-oeste de Francia, unos Seres que se presentaron como nuestros Hermanos de las Estrellas, se dirigieron continuamente a Daniel Meurois con el fin de transmitirle una enseñanza en directo, frente a un auditorio.

Estos mensajes, durante mucho tiempo mantenidos en la discreción, pueden clasificarse en dos categorías: Aquellos que son de naturaleza puramente espiritual y los que constituyen consejos de vida.

Es como canal y testigo de una realidad transcendente, que Daniel Meurois nos confía aquí su quintaesencia.

Aquí se encontraran, entre otras, firmas prestigiosas como las de ciertos Maestros de Sabiduría de la Fraternidad de Shambala: El Morya, Khut Humi y el Tibetano, Djwal Khul.

Que puedan estas páginas, que ofrecen toda la riqueza de un verdadero documento, ayudar a cada uno a un mejor conocimiento de sí… en un espíritu de servicio a la Vida.

 

Entrevista a Daniel Meurois sobre el libro «Lo que Ellos me Dijeron»

Cómo y por qué...

He dudado largo tiempo antes de aceptar publicar estos textos. A decir verdad, nunca pensé ponerlos en conocimiento del público. Fueron los consejos reiterados de mi entorno inmediato los que terminaron por convencerme de la conveniencia e importancia de su publicación.Necesitaba también la aprobación definitiva de la Fuente de la que proceden; esta conformidad era esencial para mí.

wpc4dbf753_06En efecto, este libro que tenéis en las manos representa la quintaesencia de los muchos mensajes que he recibido por canalización, desde 1984, en el seno de un grupo informal bastante grande de hombres y mujeres que se encontraban entonces, según la expresión consagrada, en un proceso de cuestionamiento y de evolución interior. Para ser más preciso, la mayoría de estos mensajes han sido captados y transmitidos «en directo», por escrito u oralmente, delante de unas treinta a cuarenta personas, a veces más, en un pueblecito del Perigord.Me he permitido solamente, con el acuerdo de la Fuente en cuestión, sustraer los elementos que guardaban demasiada relación con el lugar, los acontecimientos y el tiempo en el que fueron transmitidos –es decir, sin ningún nexo con el momento presente– así como el nombre de algunas personas a las que a veces aludía. Para una mayor fluidez de la lectura del texto, también se han modificado ligeramente algunas expresiones y repeticiones que corresponden más al lenguaje hablado que escrito.

Naturalmente, soy consciente de que no presento una obra literaria y que estas páginas contienen las debilidades –pero también la espontaneidad– de la transcripción directa. Es sin duda uno de los aspectos de su valor como documento.Este aspecto de documento me parece primordial, porque da testimonio de la presencia, en el aura de nuestro planeta, de ciertas Inteligencias amorosas que aspiran ante todo al Despertar de nuestra Humanidad… Inteligencias discretas, difíciles de evocar sin hacer sonreír a los detentores del pensamiento oficial de nuestras sociedades… pero que no son menos activas según una trama constructiva cuyo poder y sabiduría deberemos, un día, inevitablemente comprobar.Dicho esto, que me sea permitido desde ahora dar las gracias a aquellos y aquellas que, a lo largo de los años, han transcrito pacientemente estos mensajes a medida que iban naciendo. Su trabajo no habrá sido en vano, pues además de su función puntual, ha facilitado, años más tarde, el nacimiento de esta obra.

Los que me leen desde hace años lo saben, nunca he querido “publicitar” el trabajo que he realizado en estado de canalización. En ninguno de mis libros –excepto “Por el Espíritu del Sol”– me he valido de esa capacidad, siendo totalmente otra mi principal herramienta de escritura y de enseñanza.Entonces, ¿por qué hablar de esto ahora y, sobre todo, dar a conocer su fruto? Porque nuestro mundo está cada vez más en un estado de desamparo, porque se dice y se publica cualquier cosa sobre este tema, y finalmente porque he visto que lo que antes parecía que solo incumbía a un reducido grupo de personas, hoy podía sin duda ser útil para una mayoría. Un verdadero progreso humano sigue siendo un verdadero progreso humano, persiste por su intemporalidad.Creo que al leer las páginas que siguen cada uno convendrá en que los mensajes que en ellas se suceden lo demuestran con bastante elocuencia a su manera. Las preguntas que nos hacíamos hace veinte años o más en nuestra búsqueda de una realidad superior son globalmente las mismas que las que albergamos actualmente… aunque nuestro mundo haya cambiado de aspecto. Nuestras dudas, nuestros miedos, nuestras reacciones mentales o emocionales y evidentemente nuestros defectos son idénticos. De ahí el interés en haber transcrito y preservado los textos en cuestión y publicarlos hoy en esta recopilación, después de haber actualizado ciertas expresiones dentro de los límites que he definido más arriba y con la debida autorización.Una pregunta legítima se impone por sí misma…

¿Cuál es la fuente primera de estos mensajes? ¿De dónde nos vienen? De manera general, diré que han sido emitidos por Seres que viven en una dimensión de Conciencia superior a la nuestra. De forma más precisa, añadiré que proceden de Seres de la esfera de Conciencia del planeta Venus… Aquellos que ya he mencionado en algunas de mis obras, entre ellas, “Viaje a Shambala”. A su firma también se añaden a veces otras ligadas al universo de Shambala mismo, tal como describo en el libro citado anteriormente. Estas firmas son las de los Maestros de Sabiduría ascendidos El Morya, Kuth Humi y Djwal Khul. Los mensajes dictados por estos tres grandes Guías de nuestra humanidad estarán la mayor parte del tiempo claramente identificados en el texto.¿Cómo ocurrieron las “captaciones” de tales mensajes? A decir verdad, de manera muy sencilla. Las que no han sido objeto de una redacción directa y rápida de mi propio puño y letra sobre una hoja de papel han sido, como ya he dicho, transmitidas oralmente y grabadas. Debo decir que, en el transcurso de la emisión de estas comunicaciones verbales, mi conciencia abandonaba invariablemente mi cuerpo físico para ir a situarse en un espacio del que no guardaba ningún recuerdo. Simultáneamente, en mi cuerpo se incorporaba el autor del mensaje emitido. Este Ser cuyo tono y cadencia oratoria, según decían los asistentes, variaban en función de la identidad que revelaba, se mostraba igualmente capaz de ejecutar con mis manos unos gestos parecidos a mudras.Esta facultad de ser incorporado por Presencias de Luz no ha dejado de acompañarme de manera casi incesante a lo largo de mi trayectoria desde principios de los años ochenta. Para mí es natural, aunque no siempre sea fácil vivirlo en el plano de la resistencia física y de la “gimnasia” que impone también al alma, obligada a dejar momentáneamente su sitio a otra.Con el fin de que este libro sea más fácil de utilizar y en consecuencia más constructivo, me ha parecido importante dividirlo en dos partes distintas. La primera contiene todos los mensajes que ofrecen consejos de vida. Son aquellos que vehiculan una enseñanza espiritual en el sentido puro del término. Estos podrán ser consultados por orden cronológico como en una lectura normal, o de forma aleatoria para guiar espontáneamente en momentos de cuestionamiento, de duda o de debilidad. Son soportes para la reflexión y la meditación.La segunda parte de esta obra está consagrada a la transcripción de mensajes orientados a la enseñanza de un método de cuidados energéticos. Estos textos constituyen la base inicial, precisa e innegable, del método que más tarde se ha llamado “Cuidados esenios”. En realidad, las técnicas que describen y la sensibilidad que requieren son de naturaleza universal. Provienen de lo que llamo “el mundo de nuestros Hermanos de las Estrellas”. El término esenio solo se le ha aplicado porque reconocíamos la esencia del método que describen en el seno de la Comunidad de los terapeutas esenios, hace dos mil años.A mi entender, poco importan las palabras y los calificativos, lo principal sigue siendo la vocación, el conocimiento y la sensibilidad que demuestran y cultivan a lo largo de las épocas y de los mundos en los que fueron sembrados. Con este enfoque de universalidad y con el fin de que sirvan al mayor número de personas, me he decidido a divulgarlos aquí en su forma original, es decir, tal como me fueron dictados inicialmente.Mi deseo profundo es que todo este material pueda ser empleado de manera sana y con amor, al margen de todo dogmatismo, para ayudar al bienestar del alma y del cuerpo.Nuestro mundo está necesitado de verdades sencillas, y sufre por ello. He aquí pues, sin artificios, el reflejo de algunas de las que he podido captar…

Plazac, 28 de diciembre 2007

Daniel Meurois

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