Mi primer contacto con las terapias esenias fue como paciente. Diagnosticada de endometriosis severa, me dijeron que era imposible quedarme embarazada. Durante varios meses recibiendo estás terapias, pude hacer conscientes los bloqueos que tenía en relación a mi feminidad y maternidad, y cómo éstos estaban ya afectándome a nivel físico. Me quedé embarazada nada más intentarlo, por lo que a los meses de nacer mi bebé comencé la formación de tres años en terapias esenias, y ahí comenzó mi transformación vital.

Me permití salir de mi burbuja de seguridad, dejando a un lado mi cómoda vida profesional como gerente, para dedicarme plenamente a lo que mi corazón siempre había anhelado: ayudar a los demás, sirviendo como herramienta y acompañante en sus propios procesos.
Al terminar está formación completé también la formación en terapia regresiva.

Por fin he podido comprender desde el corazón, lo que va más allá de la mente, los anhelos del alma, y obtener así las respuestas que buscaba desde niña. Y sobretodo, he logrado poner en coherencia lo que pienso, siento y hago.